jueves, 29 de noviembre de 2007
ALIMENTACIÓN PARA DEPORTISTAS
Entrenadores y deportistas tanto profesionales como aficionados saben que una alimentación adecuada permite optimizar el rendimiento físico y retrasar la fatiga.
La dieta ha de ser equilibrada y ajustada a las necesidades de cada deportista, al tipo y duración del ejercicio, al momento (entrenamiento o competición) y a las condiciones en las que se realiza.
¿Cómo cubrir las necesidades nutritivas?
Hidratos de carbono. Son los que mayor presencia deben tener en la dieta del deportista. Nuestro cuerpo los acumula en forma de glucógeno en el músculo y en el hígado. Las reservas son limitadas; se agotan hora y media o dos horas después de comenzar el ejercicio intenso, de ahí que la dieta deba aportar cantidad suficiente de carbohidratos para restituir las pérdidas y evitar la fatiga temprana.
Son fuente de carbohidratos: cereales (pan, arroz, pastas, cereales de desayuno, galletas, etc.), legumbres, patatas, frutas, lácteos azucarados, bebidas para deportistas y dulces.
En ocasiones se recurre a medidas que incrementan las reservas de glucógeno, conocidas como "sobre compensación" o "sobrecarga de carbohidratos". Para conseguirlo, inicialmente se instaura una dieta pobre en carbohidratos junto con un entrenamiento fuerte, lo que reduce al mínimo las reservas de glucógeno. A continuación y durante tres días, se aplica una dieta de alto contenido de carbohidratos con un entrenamiento ligero y por último, se aconseja una ingesta elevada de carbohidratos en el día de la competición.
Grasas. Conforme se van agotando las reservas de glucógeno, el organismo las emplea como principal combustible energético en pruebas deportivas de larga duración. Las cantidades que debe aportar la dieta de estos nutrientes, en periodo de entrenamiento, son las que se recomiendan a la población general, con un predominio de las grasas insaturadas (aceites, frutos secos o pescado azul) sobre las grasas saturadas (lácteos completos, nata, mantequilla, carnes grasas y derivados, vísceras y repostería industrial).
Proteínas. Las necesidades proteicas de los deportistas son ligeramente superiores a las de las personas sedentarias, debido a un mayor desgaste, a una mayor masa muscular y a la utilización de parte de la mismas como combustible energético. Los alimentos proteicos que se incluyen en la alimentación diaria son suficientes para cubrir estas necesidades sin necesidad de recurrir a suplementos que acarrean problemas de salud (desmineralización, sobrecarga renal…).
Vitaminas y minerales. Si la dieta es equilibrada, variada y adecuada, incluye cantidad suficiente de vitaminas y minerales. Sólo se pautarán suplementos en casos específicos y de mano de un profesional.
La hidratación. Con la práctica de ejercicio físico aumenta la sudoración para equilibrar la temperatura corporal y se pierden agua y electrolitos. Si el organismo está hidratado, el rendimiento, la velocidad y la resistencia física no se verán afectados, ni habrá riesgo de hipertermia (temperatura corporal mayor de 39º centígrados). Las necesidades de líquidos dependen de la duración e intensidad del ejercicio y de las condiciones climáticas (temperatura y humedad). Lo adecuado es aportar bebidas a una temperatura de entre 9-15ºC, beber líquidos (bebidas isotónicas o agua de mineralización débil) media hora antes, durante y al acabar el ejercicio.
martes, 27 de noviembre de 2007
DEPORTE EN EL NIÑO DIABÉTICO
El deporte reglado en el niño diabético tiene los siguientes efectos beneficiosos:
Favorece la normoglucemia (cifras de glucosa dentro de los valores normales).
Disminuye las niveles de colesterol y triglicéridos.
Niveles adecuados de HDL-colesterol (colesterol "bueno").
Disminuye la afectación de las arterias coronarias.
Efecto psicológico positivo.
¿Hay algún deporte que no deba realizar un niño diabético?
Esta enfermedad contraindica la práctica de deportes de riesgo como submarinismo, vuelo en solitario, montañismo o deportes náuticos individuales por la posibilidad de hipoglucemias imprevisibles, con pérdidas de conocimiento que pondrían en peligro la vida del deportista
Favorece la normoglucemia (cifras de glucosa dentro de los valores normales).
Disminuye las niveles de colesterol y triglicéridos.
Niveles adecuados de HDL-colesterol (colesterol "bueno").
Disminuye la afectación de las arterias coronarias.
Efecto psicológico positivo.
¿Hay algún deporte que no deba realizar un niño diabético?
Esta enfermedad contraindica la práctica de deportes de riesgo como submarinismo, vuelo en solitario, montañismo o deportes náuticos individuales por la posibilidad de hipoglucemias imprevisibles, con pérdidas de conocimiento que pondrían en peligro la vida del deportista
BENEFICIOS DEL ACEITE DE OLIVA
Aparato circulatorio:ayuda a prevenir la arteriosclerosis y sus riesgos
Aparato digestivo:mejora el funcionamiento del estómago y páncreas, el nivel hepatobiliar y el nivel intestinal
Piel:efecto protector y tónico de la epidermis
Sistema endocrino:mejora las funciones metabólicas
Sistema óseo:estimula el crecimiento y favorece la absorción del calcio y la mineralización
En los diabéticos favorece la disminución de los niveles de glucemia , necesitando de esta forma menores dosis de insulina
Grasas monoinsaturadas:disminuyen los niveles de LDL-colesterol o colesterol malo
jueves, 22 de noviembre de 2007
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