martes, 8 de septiembre de 2009

DEPRESION POSTVACACIONAL


¿Qué es el síndrome postvacacional? En realidad es un concepto amplio que describe una incapacidad de adaptación al trabajo tras la finalización de las vacaciones. Esta inadaptación conlleva una serie de síntomas en forma de desequilibrios físico-psíquicos (reacciones), que suelen remitir al cabo de dos semanas en algunos extremos, lo habitual es que remitan a los pocos días, según expresan los estudios de los expertos, en el que un 35% de trabajadores españoles de entre 25 y 40 años sufren esta alteración.

Estamos ante un conjunto de síntomas que reflejan un estado de ánimo como reacción de rechazo al trabajo tras un período más o menos prolongado de vacaciones. Estos síntomas pueden situarse próximos a la depresión, irritabilidad, astenia, tristeza, apatía, ansiedad, insomnio, dolores musculares, tensión, nauseas, extrasístoles (palpitaciones), taquicardias, sensación de ahogo y problemas de estómago, entre otros.

Como se puede comprobar es amplio el abanico de síntomas que rodean a este síndrome, lo que no nos debe llevar a la conclusión de que porque suframos de insomnio, por ejemplo, padecemos esta alteración. Cualquiera de estos síntomas o alteraciones físicas o psicológicas nos debe hacer buscar y averiguar su verdadero origen siempre, descartando cualquier otra causa.

¿Cuáles son los mecanismos de producción de este síndrome? ¿Por qué nos ocurre? Aquí tenemos que decir que el desajuste horario es la principal causa, seguida del cambio en el ritmo diario y en los ciclos, cambio en las comidas y sobre todo, en nuestra actividad social relacional. Si a esto le añadimos el regreso a un entorno de demandas y exigencias y a un ritmo que nos hace cambiar bruscamente nuestros hábitos de las últimas semanas, tenemos muchas posibilidades de ser víctimas del síndrome postvacacional. No nos afecta de igual manera a todas las personas, porque debemos tener en cuenta que además de la variable de entorno, existe otra variable más importante aún: la percepción subjetiva, la vivencia de nuestra vuelta al trabajo, y dicha vivencia puede ser positiva o negativa. Nosotros somos quienes debemos hacerla positiva. Eso sería como decir que entre escoger el vaso medio lleno o medio vacío, escogemos verlo medio lleno.

¿Qué podemos hacer para evitarlo? Debemos reconocer que el entorno de trabajo es un elemento fundamental junto a la percepción que de dicho entorno tenemos. Así, la relación con jefes, colaboradores y compañeros ha de basarse en una comunicación fluida, que puede hacer más llevadero el proceso de adaptación al regreso. El tiempo que estamos de vacaciones también es otro elemento que influye notablemente. Nosotros aconsejamos repartir o dividir el periodo de vacaciones de modo que podamos disfrutarlas en dos periodos siempre que sea posible. Una vez que el fin de las vacaciones está próximo, no dejar todo para última hora, sino regresar tres o cuatro días antes e ir adaptando nuestro ritmo al habitual.

Ya en nuestro puesto de trabajo, comenzar de manera gradual, siendo conscientes de que nuestro rendimiento irá creciendo en un par de días. Nos debemos integrar en la actividad profesional cuanto antes y si podemos, nos apoyaremos con una buena dosis de comunicación con nuestros colegas.

La coincidencia de que el primer día sea lunes puede agravar esta situación. Nuestro consejo es hacer la vuelta en un día diferente de la semana, así reduciremos el impacto psicológico de vuelta al trabajo.

Retomar la vuelta al trabajo con una actitud positiva, con visión de reencuentro con la normalidad y nuestra tarea, será nuestra meta en los primeros días sin tratar de alargar este proceso inútilmente.

¿Cuántas veces nos planteamos que nos quedan aún otros 11 meses para volver a descansar? Este planteamiento nos lleva directamente al síndrome postvacacional. Deberíamos plantearnos que volvemos con energía renovada, nunca contando el tiempo como una cuenta atrás. Cada momento debe ser aprovechado como tiempo presente. Es el único que en realidad existe, no busquemos otro.

Como decía Voltaire con respecto al trabajo: Es una forma de ganarse la vida, es el antidoto del ocio, origen de todos los vicios; y sobre todo, nos proporciona la oportunidad de ser útiles a la sociedad a la que pertenecemos.

Tomemos el regreso al trabajo con esa filosofía y suerte, ¡¡feliz regreso de vacaciones!!

sábado, 12 de abril de 2008

DEDOS EN GARRA


Dedos en garra
Es una deformidad que puede afectar a todos los dedos aunque con menos frecuencia al dedo gordo. En vez de apoyar sobre toda la superficie de los dedos, el apoyo se realiza solo sobre el extremo final del dedo, que adopta la forma de una garra, de ahí su nombre.
Causas:
Normalmente acompaña al pie cavo aunque pueden aparecer aislados. Casi siempre afecta a todos los dedos simultáneamente excepto al gordo, que es mucho más raro.
Manifestaciones clínicas:
Además de la deformidad visible, el problema fundamental es la aparición de callosidades dolorosas por el roce del calzado en la parte superior de los dedos.
Tratamiento:
Uso de calzado con puntera ancha y alta. En casos muy dolorosos cirugía.






Recomendaciones sobre calzado
El uso de un calzado inadecuado puede favorecer la aparición de muchas deformidades dolorosas del pie. Un zapato correcto desde la infancia es la mejor prevención de estos problemas. La suela debe ser de cuero por su flexibilidad, las suelas de goma o plástico se desaconsejan por su rigidez.
La puntera debe ser amplia en anchura y altura para acoger a los dedos sin comprimirlos ni limitar su movilidad.
El contrafuerte no debe impedir el movimiento del tobillo ni ser muy rígido.
En el calzado femenino es preferible el zapato que cubre el empeine al que lo deja al descubierto. El tacón debe estar por encima de los 2cm. y por debajo de los 6 cm. de altura.

Me he decidido a incluir este artículo al ver lo extendido que está el uso del zueco,este zapato si no cubre bien el pie quedando éste suelto puede provocar accidentes,torceduras de tobillo,dedos en garra para sujetar el calzado,etc.Os recomiendo el uso de calzado ortopédico que cubra todo el pie para todos aquellos que trabajéis muchas horas de pie

domingo, 30 de marzo de 2008

MUJER Y DEPRESION


Casi todas las mujeres hemos sentido alguna vez en nuestra vida momentos de melancolía, nostalgia o de una inmensa tristeza. Esto es normal, pues la vida oscila entre momentos de felicidad, de celebración o de duelo.

No es lo mismo hundirse en un abismo de tristeza permanente, perdiendo el interés por la familia, los amigos y las actividades de que antes disfrutábamos. Todos estos son síntomas que apuntan hacia una depresión clínica.

La depresión clínica nos causa la pérdida de alegrías e ilusiones, tensión en el trabajo y en las relaciones; agrava condiciones médicas e incluso puede llevarnos al suicidio.

Debemos tener bien entendido que sentir tristeza es normal, estar deprimido clínicamente no lo es. La severidad, la duración y la presencia de otros síntomas son lo que diferencian la depresión clínica de la tristeza. La depresión se caracteriza por cambios en el comportamiento y en el estado de ánimo.

La depresión clínica no exime a nadie; no distingue entre sexos, edades, razas, entornos socioeconómicos. Sin embargo, las cifras que componen las estadísticas confirman que las mujeres somos dos o tres veces más propensas que los hombres a sufrir de depresión clínica. Una compleja combinación de factores (psicológicos, sociales, ambientales, culturales, hormonales, biológicos y fisiológicos) contribuye a que haya mayor incidencia de depresión entre las mujeres.

El trajín diario que cae sobre nosotras como proveedoras y las expectativas que exige nuestro papel social pueden elevar la incidencia de la depresión clínica en las mujeres. A este cuadro se suma en algunos casos el aumento del abuso sexual y la violencia doméstica que, unidos a la pobreza, aumentan el riesgo.

Cuando estamos deprimidas clínicamente, prevalecen sentimientos de inutilidad, desesperación y derrota; sentimos un “vacío en el alma”, sufrimos cambios de apetito y alteraciones en los patrones de sueño, tenemos dificultad en concentrarnos, memorizar o tomar decisiones. Además podemos sufrir problemas de ansiedad y sensaciones de irritabilidad, fatiga y debilidad; podemos experimentar tanto síntomas físicos como dolores crónicos. En el último extremo, nos asedian pensamientos de suicidio o muerte

sábado, 1 de marzo de 2008

endorfinas


endorfinas: "Cada vez que una persona ríe, se estimulan unas hormonas llamadas endorfinas, conocidas también como 'hormonas de la felicidad'. Son en realidad, neurotransmisores que son producidos por la glándula pituitaria y son los responsables de las sensaciones satisfactorias, ya que combaten el malestar y disminuyen las sensaciones dolorosas.
Los especialistas recomiendan varias formas para estimular las endorfinas y lograr sentirse mejor:
Hacer ejercicio. Jugar a fútbol, hacer gimnasia o andar en bicicleta elevan el nivel de estas hormonas. En realidad cualquier ejercicio de resestencia eleva las endorfinas.
Sexo. Las relaciones sexuales, el encuentro de los cuerpos y la liberación de otros factores colaboran en la estimulación de endorfinas.
Amamantar. La leche materna también contiene endorfinas para que el pequeño se sienta feliz.
Amor. Estar enamorado produce una descarga de estrés y estimula la descarga de estas hormonas; además contribuyen a eliminar estrés y depresión.
Tomar café. Dos horas después de ingerir una taza de cafeína, el nivel de endorfinas sube."

sábado, 23 de febrero de 2008

BOLLERÍA





Generalmente se asocia el consumo de bollería y pastelería con el sobrepeso y la obesidad. Sin embargo, no es de todo correcto asociarlo como causa directa de la misma.

La obesidad es un problema en que intervienen muchos factores y en el cual influye no sólo el contenido en grasa de la dieta sino que, además, hay que tener presente la cantidad de alimento ingerido, la actividad física desarrollada, factores sociales, culturales y genéticos, entre otros.

La ingesta de estos alimentos no debe plantear problema alguno, siempre que sea moderada. El problema está en que la dieta de la población de la mayoría de los países industrializados, ya es de por sí excesivamente calórica, con un aporte energético procedente de las grasas superior al establecido por los expertos. Igualmente, se rebasan los valores de referencia propuestos para la proporción de los ácidos grasos saturados y colesterol en la dieta diaria.

Además, esta dieta tiene un consumo de hidratos de carbono complejos inferior al recomendado. Ante esta situación, el consumo de bollería se podría considerar como poco recomendable si en cierta medida incrementa la cantidad de grasa ingerida o afecta a los niveles de colesterol en sangre.

No obstante, cabe recalcar que esto sólo es posible en caso de una dieta poco variada, donde su consumo excesivo ocasionaría un exceso calórico con un aporte casi nulo respecto a otros nutrientes.

miércoles, 23 de enero de 2008

RELAX

SABE CUANDO SU HIJO TIENE OTITIS?


Si el niño aún no sabe hablar, ¿cómo podemos saber que está con las molestias?Principales molestias- Se tocan las orejas- Estado anímico irritable- Comen menos de lo acostumbrado - Mal dormir- Fiebre, vómitos y diarrea
Cuando se trata de bebes o de niños muy pequeños resulta difícil detectar una infección del oído, ya que a veces no tienen fiebre. Suelen estar muy decaídos y apáticos, pero a la vez muy inquietos e irritables. No quieren comer y duermen mal, lloran a cada rato y nada parece consolarlos. Ni siquiera los brazos de la mama. A veces se agregan síntomas totalmente inespecíficos como nauseas, vómitos, diarrea, dolor de cabeza y somnolencia La pista decisiva nos la suele dar el mismo niño; mueve la cabeza, se toca el oído una y otra vez y en la cuna se suele acostar en el lado doloroso. La mayoría de las veces el dolor de oído se inicia o se agrava cuando el niño esta acostado, ya que en esta posición se incrementa ciertas presiones que provocan mas dolor aún.En el caso de un niño mayor este se va a quejar de que se le tapa el oído y además que no escucha bienEn el caso de una otitis purulenta, el liquido acumulado presiona sobre el tímpano y termina produciendo una fisura por la que sale hacia el exterior. Es una reacción muy sabia de nuestro cuerpo, ya que una vez que ha salido el pus, haya encontrado una salida, los dolores cesan rápidamente y la fiebre baja. Por regla general esta ruptura suele cerrarse sin problemas en poco tiempo.3.- ¿Qué se debe hacer para aliviar el dolor? y ¿qué NO se aconseja? Ya se adelanto que la posición semisentada ayuda a disminuir las molestias, el uso de analgésicos y antiinflamatorios en forma de jarabes o supositorios y a nivel local el primer y mas sencillo remedio consiste en aplicar calor seco. Se le puede poner una bolsa de agua caliente, paños calentados con la plancha o una manta eléctrica, o secador de pelo.
Lo que no se debe hacer , es introducir absolutamente nada a través del conducto, las gotas oticas no están indicadas son solo para las otitis externas.